Todos tenemos problemas en alguna ocasión. Algunos fáciles de resolver y otros muy difíciles. Conforme vamos creciendo, vamos aprendiendo formas de resolverlos. La mayor parte del tiempo, aprendemos que cuando el problema incluye a otras personas, lo mejor es dialogar y llegar a un acuerdo donde ambas partes estén conformes.

La vida en las calles no es exactamente igual. Es más parecido al mundo de los animales en una selva. Los problemas se resulten a través de la violencia y siempre gana el que más violencia puede impartir.

Hoy, dos amigos pelearon hasta que uno cayó al suelo. Nadie intentó parar la pelea aún cuando ambas caras y puños estaban llenos de sangre. Yo sugerí que dejaran de pelear y la agresión del grupo que se divertía al ver la pelea se tornó en contra mía. Afortunadamente aprendí la lección rápido y salí corriendo.

Esta es SU forma. Así se resuelven los problemas aquí. No es posible cambiar las actitudes de una persona si no ha cambiado su corazón. Y cada día me doy más cuenta que un corazón no se puede cambiar, sólo se puede transformar. El cambio puede ser algo inmediato pero la transformación es algo que toma tiempo.

Hoy tuve que recordar que debo odiar sólo la maldad y no a las personas que la cometen. Las personas siempre tendrán una oportunidad de ser transformadas por el Amor y Poder de Dios. La trasformación de algunos corazones (incluyendo los nuestros) tal vez tome mucho tiempo, pero nuestro Dios es un Dios eterno y poderoso. ¡No lo olvides!